martes, 29 de noviembre de 2016

¿Encrucijadas?

Muy bien, pues hace un buen rato que no escribo nada aquí. Tampoco es como que alguien me lea, en realidad no estoy seguro de que alguien le aún blogs anónimos. Yo mismo sólo leo blogs de gente que es medianamente famosa, pero quien sabe ¿podría haber alguien o no?

Como sea, hoy vengo con un humor más franco y no de cuentista, reportero o analista. Les contaré algo sobre mi vida. Estoy a poco de llegar a los 30 y siento que no he hecho nada con mi vida. Tampoco es que sea cierto, terminé una licenciatura y conseguí un buen trabajo decente en gobierno, tengo una linda novia que me apoya en todo y emprendí un negocio que me permite escribir y contar mis historias a todo el mundo.

Una vida que muchos quisieran tener ¿o no? Pues como siempre, las cosas de cerca ni son tan simples, ni se aprecian de la misma manera  (Aunque tal vez sólo soy un jodido inconformista). Resulta que la carrera que estudié me enseñó todo lo que quería saber cuando comencé, pero nunca se me ocurrió pensar en cuales eran los trabajos que se ofertaban para mi disciplina, no están mal pero no son muy emocionantes y eso fue lo que ocurrió, conseguí un trabajo aburrido en un órgano de gobierno donde hay pocas o nulas oportunidades de ascender, con unas excelentes prestaciones y un salario que te permite darte todos los gustos del mundo, mientras seas soltero. Olvídate del matrimonio o de tener una familia a menos que tu pareja trabaje también, con un sueldo más o menos igual que el tuyo, esto sólo para vivir modestamente.

Mi novia, mi novia no tiene ningún defecto, es perfecta y me llevo de maravilla con ella, en verdad tenemos intenciones de casarnos y formar una familia, claro, si es que ella logra conseguir un trabajo decente en un país donde las humanidades se consideran un hobby.

¿Y mi negocio? bueno, me la paso excelente y las cosas van muy bien, excepto porque el entretenimiento independiente es muy mal pagado en la mayoría de los casos. Un ingreso de 50 centavos de dólar al mes por 800 visitas no es un gran incentivo.

Incluso con todas estas circunstancias, es fácil decirlo no, estoy mejor que una inmensa mayoría ¡Quisiera tener trabajo! dirán algunos. ¡Quisiera tener novia! dirán otros! ¡Quisiera escupirte en la cara! dirían quienes no lo hicieran directamente. 

Y sí, tal vez tienen razón y me lo merezca, pero permitanme explicarles algo. Verán, crecí en los 90's cuando todavía la televisión era lo más. Y había una moraleja que constantemente se repetía en las caricaturas, las películas, las series y todos los videojuegos en su esencia misma. Si deseas algo con todo tu corazón y te esfuerzas al máximo por conseguirlo, lo tendrás.

Muy bonito ¿verdad? pues a los promotores de sueños de esa década se les olvidó explicar que todo eso es cierto sólo si tienes dinero o contactos. Y no, no me vengan con la tontería de que Steve Jobs y Marck Zuckerberg son grandes ejemplos de éxito, seguro si ellos no hubieran nacido, otros nombres hubieran tomado su lugar, encabezando grandes empresas y proyectos similares. No olviden que la televisión fue inventada por 3 personas diferentes y el proyecto de la torre de tesla fue derrotado por la invención de la radio. Es que no todos podemos ser los primeros, ni los mejores. Y a veces por más empeño que pongas en algo, sufrirás las limitaciones que te impongan las circunstancias y el contexto.

Imaginen cuánto me costó llegar a esa conclusión, después de haber comprado la idea del esfuerzo máximo = remuneración máxima. Bien, tal vez estoy siendo muy ambicioso, pero esforzarse tanto para obtener tan poco, a sabiendas de que hay gente que con más esfuerzo obtiene menos y que hay individuos cuya realización de sus sueños les resulta gratuita, así inevitablemente pienso en lo injusto que es nuestro mundo.

Eso me lleva al dilema que posiblemente muchos ustedes comparten (en el supuesto de que me lea más de uno, o por lo menos uno), puedo seguir esforzándome con la esperanza de lograr tener la vida que siempre he querido, con la enorme posibilidad de fracasar y sufrir las consecuencias de tremenda frustración o resignarme a la vida que tengo y buscar justificaciones para creer que a pesar de todo, es genial.