miércoles, 3 de noviembre de 2021

Abadón El ángel exterminador (Cap. II - El ángel exterminador)

 -¿Por qué se llevaron al humano de Bhava? –preguntó la joven entidad. -¿Llevaron? ¿Quiénes? –¡Las potestades! –Jada estás equivocado, no fueron ellas. -¡Pero tú la viste Krodha! ¡Su armadura! –De manera que crees que solo las potestades visten armadura. -¿Y no es así? He visto a las potestades muchas veces… ¡Las maldigo cada día! -¿Y cuando las has visto llevarse a un humano? -¡Por eso es que te lo pregunto! Nunca antes las vi hacer eso. –Jada, mi joven aprendiz. A veces las dominaciones también visten armadura. -¿De verdad? ¿Alguna vez has visto a una? –Solían ser mis hermanos, mucho antes de que nacieras. -¿Tú eras una dominación? –No, no lo era, pero en aquel entonces no había tantas distinciones… -¿Pero entonces era una dominación? –interrumpió el infantil demonio.

El anciano se puso de pie y recorrió el enorme librero que cubría la pared más amplia de la estancia –No Jada, el que se llevó al humano de Bhava, no era una dominación tampoco. Tú sabes que quienes se llevan las almas cuando le pertenecen al creador, son los ángeles custodios y cuando le pertenecen a nuestro señor son los incubi. –Tomó un libro del estante y lo colocó en la mesa al tiempo que lo abría en una página, para que el joven pudiera observar.

-Las filas celestiales se dividen en nueve coros. Los serafines acompañan al creador, son los más hipócritas representantes de su ego, pues lo llenan todo el tiempo de alabanzas. Luego están los querubines, ellos guardan y protegen las creaciones más sagradas del señor de los cielos, fueron ellos quienes nos expulsaron del cielo. –El viejo cambió de página mientras observaba a su alumno- Ellos… –señaló en el libro haciendo una breve pausa- son los tronos, a menos que lo estés buscando, nunca tendrás la necesidad de enfrentarte a uno de ellos. Son seres esencialmente creadores, han construido el universo y lo siguen haciendo hasta el día de hoy. Llevan el registro de todo lo acontecido y de lo que depara el porvenir, son la fuente de inspiración de los profetas. No participan en la guerra y algunos nos han servido de aliados aunque son seres muy cercanos al creador.

-Suenan bastante misteriosos –Comentó el joven. –Sí, lo son. El cuarto coro es el de las dominaciones, ellas mantienen el orden del universo de acuerdo a la voluntad del creador. Son nuestros principales enemigos, pues comandan las acciones de otros coros en la guerra. -¿Cómo a las potestades? –Sí, también a las potestades. El quinto coro lo constituyen las virtudes, tú has destruido algunas de ellas. –añadió el anciano sonriéndole a su discípulo. –No son muy poderosas, las recuerdo bien. –Ellas inspiran a los humanos a cumplir la voluntad del señor del cielo. A las potestades ya las conoces, se encargan de proteger el destino de las almas humanas, si bien son los custodios quienes aconsejan a los humanos y los guían al paraíso en su muerte, ellas tienen el poder suficiente para enfrentarnos directamente y destruirnos. -¡Las malditas me han quitado muchas almas! –Lo sé Jada, algún día tendrás la fuerza para luchar contra ellas. El séptimo coro es el de los principados, ellos luchan en contra de los poderosos Lores, son entidades astutas que no se prestan a enfrentamientos directos -¡Cobardes! –Debes de tener especial cuidado con ellos, se inmiscuyen en las grandes decisiones de los humanos, a veces incluso toman su forma. Interfieren en su política y los organizan contra nosotros. Algunos de ellos incluso han puesto a muchos de los nuestros a su servicio, algunas veces sin que nuestros hermanos sean consientes de esto. -¿Cómo? ¿Dices que hay demonios que les han servido voluntariamente? –Así es querido, me decepcionaría mucho si tú llegas a hacer lo mismo. –¡Claro que no Krodha! Yo le soy fiel a nuestro señor liberador. –Bien –Asintió el viejo demonio al tiempo que cerraba el libro.

-De los coros octavo y noveno seguro escuchaste mucho cuando eras humano. Son los arcángeles y los ángeles, los primeros son los más poderosos de todos los seres celestiales, son solo siete, los emisarios directos del creador, dirigen y ejecutan sus encomiendas más importantes, los verdaderos comandantes en la guerra. -¿Quieres decir que están por encima de las dominaciones? –Has entendido bien Jada. Nunca te enfrentes a uno, poseen una fuerza temible. Los ángeles en cambio, son los seres más débiles, pero también los más abundantes, los custodios forman parte de este coro, acompañan a los hombres en sus actividades cotidianas, lo más seguro es que nunca te enfrenten individualmente, tu poder es muy superior al de ellos.

Krodha caminó nuevamente al estante y colocó el libro en el lugar de donde lo había tomado. Jada lo observaba hacer esto mientras asimilaba toda la información que había recibido. –¡Pero maestro! –insistió- ¿Entonces el celestial que se llevó al humano de Bhava a que coro pertenece?

El viejo observó con mucha seriedad a su discípulo. –Él no pertenece a ningún coro. Aquel que viste no es una entidad celestial aunque siempre ha luchado a su lado. En mi opinión nunca ha existido ser más leal al creador. -¿Pero si no es un celestial, entonces qué es? –Él comparte la misma naturaleza demoniaca que nuestro señor, fue desterrado del cielo para luchar desde la oscuridad y por miles de años mantuvo apresado al gran Lucifer. Ese a quien viste, es conocido como Abadón el exterminador.

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